Diseñamos
espacios centrándonos en las necesidades y experiencia del usuario que los
habita. Poner al usuario “en el centro” es la premisa que inicia nuestro
proceso creativo que, a través del uso de la empatía como herramienta
facilitadora, detecta aquello que para el usuario es importante, experimentar en el espacio.
Nuestra
metodología o proceso creativo se basa en los siguientes pasos:
Los puntos anteriores son clave para hacer un buen diseño espacial. Sin usuario no hay espacio, este es nuestro punto de partida. Una vez validados los conceptos anteriores, desarrollamos una propuesta espacial y de mobiliario que los represente y responda al brief diseñado.
El espacio es un reflejo del usuario que lo habita. Por ello, añadimos una capa de autenticidad que permita al usuario sentir que ese espacio le representa, que se identifica con él y lo considera único.
-En una organización, la identidad espacial representa su marca o ADN espacial, provocando que al entrar en el espacio “percibas” esa atmósfera que representa la cultura organizacional de la empresa.
-La identidad espacial de un usuario individual representa su manera de entender el mundo, sus anhelos, sus deseos y su forma de vivir.
Una mirada más holística y empática de la arquitectura es
más cercana al usuario y por tanto a la experiencia espacial que va a tener,
que es nuestro fin último.